viernes, 22 de mayo de 2009

Obispas, Machis, Duendes. Páleka y la Iglesia Mariavita. 1.



Foto: el obispo Mariavita Claudio Antonio Páleka.


(Tanta alharaca con el Código Da Vinci… y todo eso ya estaba en Río Negro).


Un operativo romano de destrucción de la competencia.


Claudio Páleka, obispo, y su no-Museo


Conocí a Claudio Páleka, obispo de la Iglesia Católica Mariavita en la Argentina, en 1994. Yo estaba trabajando en alguna oficina pública de Viedma, y él (un tipo alto, de frondosa barba oscura y modales afables, como un vital pope griego) apareció de visita allí. Venía desde la región andina, y traía una carpeta.

Cuando abrió esa carpeta, brotaron de los textos y las fotos la maravilla y el misterio. Páleka quería contar cómo era “su museo”, que no era museo ni tampoco suyo. Formado en antropología social, había encontrado la manera de generar una experiencia intercultural extraordinaria.

Él mantenía relaciones cordiales, de respeto y mutua comprensión, con una comunidad mapuche de aquella región. Durante el verano, las machi le prestaban algunos de los elementos de su culto, por un mes y medio o dos. Y este hombre organizaba un trayecto místico, un recorrido ascendente en un cerro cercano a Bariloche. En cada una de las estaciones del itinerario, bajo un baldaquino o en un pequeño toldo, uno podía abismarse en la contemplación y sentir la fuerza de algunos de esos objetos. Piedras, plumas, kultrunes, fajas u cántaros de uso ritual, ponchos, grecas, cestos, vibraban silenciosamente en las sucesivas ambientaciones.

¿Cómo llamar a esto? Me parece irreverente decir “muestra”. Lo que fuere, había sido titulado “Patagonia Mística”.

Páleka me explicó: de ese modo, las personas que no pertenecían al pueblo mapuche podían acceder a una experiencia de participación en su mundo sagrado, sin que mediaran demasiadas palabras o conceptos. Pude estar después en el lugar; la vivencia era de verdad “liminar”: uno sentía que estaba trasponiendo un umbral, percibía algo más que lo visible. Y el abordaje era llamativamente respetuoso.

Terminado el tiempo del préstamo, él devolvía los objetos a las machi. Me comentó que también se interesaba por aprender de ellas. Se consideraba un aprendiz de la religión y la cosmovisión mapuche.

Un nombre por él mencionado me llamó la atención. El lugar de prédica y encuentro que dirigía en Mallín Ahogado (una zona de El Bolsón) se llamaba “Misión María Reina de las Flores”. Recordé la antigua advocación Regina Florum: era la patrona de los alquimistas de los siglos XII y XIII, la que presidía las floraciones de la materia en su transformación. (En el vocabulario alquímico se decía “la flor del azufre”, como aún hoy decimos la flor de la harina: su consumación, su expresión con la mayor pureza.)

Para la iglesia Mariavita, María Reina de las Flores es la Gestora de los Imposibles, y la Patrona de la Naturaleza – conexiones que reviven tanto la alquimia como las creencias en torno a la Candelaria, cuyo culto tradicional fue extirpado por las jerarquías de la Iglesia romana en nuestro país.

Las machis y el obispo

Me pregunté cómo era posible que un obispo de una iglesia católica realizara estas actividades. Y se lo pregunté a él también. Me respondió desde su concepción de “catolicismo”, que es la de su Iglesia. Esta mantiene el nombre de católica, aunque el Fichero de Cultos no haya aceptado tal denominación, a pedido de la Romana y para evitar confusiones. Lo mantiene, porque retoma el sentido de “universal” que esa palabra connota. No porque aspire a dominar el mundo, sino porque pretende aceptar y reconocer las diversidades. Por ello, se nos dice, esta iglesia valora y explora los caminos con que distintos pueblos se aproximan al Misterio, a lo divino; y los incluye en su repertorio simbólico y en sus prácticas. Paleka ha estudiado la alquimia tanto como el chamanismo, para integrarlos en el corpus de su iglesia.

Este extraño obispo me transmitió una imagen de fuerza espiritual, consagración y apertura a la experiencia religiosa propia y ajena. No se parecía mucho en esto a la generalidad de los curas o dignatarios de la Iglesia Romana.

Me había dicho que la iglesia de la que es obispo era el resultado de una escisión no muy antigua de la católica romana, un intento de regresar a las fuentes, como lo pretenden todos los cismas. En este caso, recuperar algunos rasgos de la iglesia de las catacumbas, la unión fraterna, la unción, y el carisma de los primeros tiempos.

La historia de los Mariavitas

Después me puse a indagar y encontré algunos datos sugerentes.Los Mariavitas nacieron como grupo religioso en 1893; los fundó en Polonia la religiosa clarisa Francisca Kozlowzka, que acentuaba el culto de la Eucaristía y de la Virgen. El grupo no fue autorizado por la Iglesia Romana. Los obispos polacos lo expulsaron de ella en 1906.

La imitación de la vida de María (“Mariae Vitam Imitare”) constituía el programa de vida de la comunidad y de sus integrantes, y el centro de su culto. De allí el nombre de lo que se iba definiendo como una nueva Iglesia.

Este grupo de cristianos díscolos hacia la jerarquía romana, se acercó a otros disidentes, los llamados “Viejos Católicos”, grupos de curas y laicos que se apartaron de la Iglesia Romana a partir de 1870, porque no digerían el nuevo dogma de que el Papa era infalible. En 1909 los Mariavitas se incorporaron a la Unión de Utrecht, en la que se encontraban todas las iglesias separadas del catolicismo romano por ese u otros motivos de resistencia antijerárquica.

En las referencias de Internet aparecen dos datos inexactos: uno, que los Viejos Católicos están relacionados con el lefebvrismo. Al contrario, su apartamiento de la Santa Sede se debió a su vocación más horizontalista, diríamos más democrática o consejalista, sinodial. Por eso Pío X, destacado en la serie de papas reaccionarios del siglo pasado, los excomulgó sin ambages. El otro dato inexacto, que los Mariavitas son un desprendimiento de los VC. En realidad, existían desde años antes, y sólo por un tiempo permanecieron en este agrupamiento.

La sucesión apostólica y los Viejos Católicos

Una precisión interesante: los Viejos Católicos mantienen la llamada Sucesión Apostólica. Significa esto que sus obispos han sido ordenados por algún otro obispo que lo fue por otro obispo… y así, esta noria de consagraciones nos lleva supuestamente hasta uno de los Doce Apóstoles, los primeros obispos, que a su vez fueron instituidos por Jesucristo.Según la Iglesia romana, esta sucesión apostólica genera un efecto práctico: los sacramentos que administran estos obispos “separados” son válidos pese a la escisión. Válidas sus misas, consagraciones, matrimonios, extremaunciones, bautismos… Lo mismo sucede por ejemplo con la Iglesia de Inglaterra.

El cura y luego obispo Jan Kowalsky, uno de los fundadores de la comunidad, fue el primer obispo Mariavita. Lo consagró un obispo “válido” de los Viejos Católicos (Mons. Gul, de Utretcht). Kowalsky, a quien los fieles consideraban encarnación del Arcángel Miguel, fue muerto por los nazis en Dachau. Los curas y obispos cuyas consagraciones proceden de él, están insertos en la sucesión apostólica. Es el caso de Páleka.

No es pequeña entonces la cuestión que implican estos “cismáticos”, para quien piense conforme a la lógica del Papado y las jerarquías romanas. Este cisma hace aparecer una iglesia innovadora, sin una frondosa jerarquía ni compromisos con el poder, con una pronunciada espiritualidad y con dogmas más cercanos a la sensibilidad de los creyentes: realmente competitiva. Por supuesto cuando decimos “innovadora”, es desde el esquema temporal con que nos manejamos habitualmente; porque para los fieles Mariavitas, su iglesia es más bien “originaria” que nueva.

Quizás por estos rasgos competitivos, en los exabruptos de la jerarquía romana contra estos que denomina “hermanos separados”, hay muy poco de hermandad y mucho más de condenación. Y algunas inexactitudes.En 1924 los Viejos Católicos declararon a los Mariavitas fuera de su Unión; pero no por esto dejó de tener validez la sucesión apostólica que habían adquirido.

La causa de la separación fue la considerable importancia que los Mariavitas le venían asignando a María, Reina de las Flores y de la Vida, en su dogma y en su culto. Una mujer ocupa el centro de su universo simbólico; en ella se retoma la tradición de las grandes diosas y de las vírgenes sincréticas de los siglos XI a XIV. (Otra versión adjudica el disgusto de los Viejos Católicos con los Mariavitas, a que estos últimos aceptaban las relaciones entre varones y mujeres de su clero.)
Desde esta perspectiva, la aproximación de Paleka a las machis en estos tiempos y latitudes no era casual, mera cuestión de vecindad física, sino el resultado de una especial valoración del papel de las mujeres en la vida religiosa y en las liturgias que es parte central del mensaje de los Mariavitas.

¿El misterio está en el pene?

En su pulcro diálogo de sordos con Umberto Eco, el obispo católico Carlo María Martini trata de defender lo indefendible: la exclusión de las mujeres del sacerdocio. Arrinconado, Martini saca a relucir un último argumento: el sacerdocio de los varones es parte del misterio fundante de la Iglesia, dice.Uno se pregunta por qué el pene ha de ser más misterioso que la vagina. En distintos pueblos y religiones las mujeres han sido sacerdotisas, y a veces sólo a ellas se las consideró tocadas por la divinidad. La imagen de misterio más bien se puede asociar a lo vaginal – que por otra parte, es lugar de fecundación y alumbramiento.

(Continúa en el próximo artículo).
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miércoles, 13 de mayo de 2009

Guerra, gripe, pobreza. Katherine Anne Porter y la escritura de la desolación.


Katherine Anne Porter. Cuentista, novelista, periodista, militante (1890-1980).
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Las noticias de enfermedad, miedo y muerte en las provincias centrales del Imperio de estos días me hicieron sentir contemporáneo de Katherine Anne Porter.

He vuelto a un libro suyo que me ganó de entrada la sede del amor y de la angustia. Amor por los seres débiles que somos, angustia por el entorno civilizado de amenaza. El libro es una colección de relatos suya, Pálido caballo, pálido jinete. Por lo que alcanzo a saber del resto de su obra, está impregnada de mayor pesimismo que esta.

Puesto a buscar datos biográficos de esta magnífica mujer de letras y de militancia social, me sorprendió la púdica mentira, por acción y omisión, de la solapa de su libro editado por Espasa Calpe y Destino. Allí se indica que “creció en una vieja familia católica” (no es cierto)… y en cuanto a su vida luego de haber crecido, tan sólo que residió en París. Unas cuantas biografías en español que encuentro en la red repiten el mohín.

Ningún relato es del todo certero, pero trataremos brevemente de hacer justicia a los padeceres y logros de Katherine.

Nació en Tejas, la crió su abuela (de la que tomó el nombre) porque quedó huérfana de madre a los dos años; fue a la escuela metodista. Se casó y divorció cuatro veces. La primera, con un ranchero tejano borrachín y golpeador, que la tiró escaleras abajo y le rompió una pierna. En ese "ámbito familiar" de casada fue que se convirtió al catolicismo, del que luego abjuró, para volver a profesarlo en sus últimos años de vida. “He perdido hijos de todas las maneras posibles” dijo ella misma. Estuvo en París, sí. Pero estuvo en el México de Pancho Villa y de Diego Rivera, como militante de una revolución que luego la decepcionó. Y también luchó contra la ejecución de Sacco y Vanzetti.

Rota la solapa mojigata, vamos a una muestra de su escritura. Para situarla, una breve información. Entre 1915 y 1918 Katherine (que se había escapado del ranchero bruto y vivía en Chicago), fue una famélica extra de cine, estuvo meses y meses internada en un hospital por un erróneo diagnóstico de tuberculosis que resultó ser bronquitis; luego contrajo una temible influenza, quedó pelada y cuando volvió a tener cabello, era blanco. Tenía 28 años de edad, y había vivido ya mucho. Como el Fedor Dostoievsky que pasó el momento del fusilamiento, decidió que sería escritora.

Pálido caballo, pálido jinete se conecta con esas experiencias de vida de Katherine Ann Porter. La epidemia de gripe, la euforia de la propaganda belicista (en momentos en que los vendedores presionan al pobrerío para que les compre Bonos de la Guerra, amenazando con marcar al remiso, para su desprestigio social), la miseria de la civilización en la que una joven intenta simplemente ser, simplemente ser, pero no hay lugar, aparecen en este escrito. A modo de muestra reducida, transcribo unas pocas páginas en el inserto siguiente.

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Guerra, gripe, pobreza. Katherine Anne Porter y la escritura de la desolación, 2.

Foto: Marcha de voluntarios y reclutados para la Guerra en USA, 1917.
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Compartamos dos páginas de Pálido caballo, pálido jinete (publicado en 1934, y que motivó el inmediato reconocimiento de Porter como una gran escritora):

Miranda y Adam, su recién conocido enamorado, van juntos al teatro. Miren los detalles, por ejemplo esa bandera. Y escuchen el discurso del vendedor de bonos, de guerra.

“Cuando el telón se levantó para el tercer acto, el tercer acto no tuvo lugar enseguida. Apareció un telón de fondo casi cubierto con una bandera norteamericana expuesta de manera inadecuada, clavada en las esquinas superiores, recogida en el medio y clavada otra vez formando pliegues polvorientos. Ante ella posaba un vendedor local de un dólar al año, ahora haciendo su papel de vendedor de Bonos de Guerra. Era un hombre corriente de mediana edad, con un pequeño melón abotonado dentro de los pantalones y el chaleco, una boca apretada y terca, una cara y una figura donde no se podía leer nada, salvo la inepta crónica sensual de un tipo de cincuenta años.” …

- “Parece un pingüino, dijo Adam.-

Ambos se movieron, se sonrieron. Miranda reclamó su mano, Adam tomó la suya y se prepararon a soportar hasta el final el viejo y mohoso discurso con el mismo y polvoriento telón de fondo. Miranda trató de no escuchar, pero oyó. Esos viles hunos… en el glorioso bosque de Belleau… nuestra palabra clave es Sacrificio… la martirizada Bélgica… dar hasta que duela… nuestros pobres muchachos …” /…/


”-Me duele la cabeza, susurró Miranda. Oh, por qué no se callará? –

- No se callará, murmuró Adam. Si quieres, te traigo una aspirina.”

/…/ Atrocidades, criaturas inocentes ensartadas en las bayonetas alemanas… vuestro hijo y mi hijo… la guerra, la GUERRA terminará con la guerra; es la guerra por la democracia, la guerra por la humanidad” /…/ y para demostrar nuestra fe en la democracia compremos Bonos de Guerra y prescindamos del azúcar y de los calcetines de lana” /…/ Miranda se dijo ¿Has mencionado a Adam? ¿Qué me dices de Adam, cerdo asqueroso? /…/ Carbón, petróleo, hierro, oro, finanzas internacionales, por qué no nos hablas de todo eso, pequeño mentiroso?” Luego todo el público canta una canción patriótica. Y Miranda junto con Adam cantan también, “sonriéndose abochornados”.

Los dos jóvenes salen del teatro y conversan durante su paseo por la calle. Adam se refiere con desdén a ese hombrecito que no serviría para ir al combate, como sí lo hará él, el propio Adam.

“-¿Qué puedes esperar de él, Miranda?-

Ella pronunciaba el nombre de Adam a menudo y él rara vez pronunciaba el suyo. La pequeña sacudida de placer que le proporcionó el sonido de su nombre en la boca de él detuvo su respuesta. Por un momento titubeó, y luego empezó desde otro punto de ataque.

- Adam – dijo – lo peor de la guerra es el miedo y la sospecha y la espantosa expresión que hay en todos los ojos que encuentras… como si hubiesen bajado las persianas sobre sus mentes y sus corazones y te vigilasen desde detrás de ellas, listos para saltar si haces un gesto o dices una palabra que no entienden instantáneamente. Me asusta; vivo atemorizada también, y nadie debería vivir atemorizado. Es el emboscarse y el mentir. Es lo que la guerra le hace a la mente y al corazón, Adam, y no puedes separarlos, lo que les hace es peor que lo que puede hacerle al cuerpo.
Adam dijo sobriamente después de un momento:

- Oh, sí, pero supón que uno vuelve entero. La mente y el corazón a veces tienen una segunda oportunidad, pero si algo le sucede a la pobre y vieja estructura humana, bueno, entonces mala suerte, eso es todo.

- Oh, sí – parodió Miranda – Entonces mala suerte, eso es todo.

- Si no fuese – dijo Adam en tono desapasionado – no podría mirarme a la cara a mí mismo.
Así que estaba completamente resuelto. Con los dedos aplastados contra su brazo, Miranda se quedó silenciosa, pensando en Adam. No, no había ningún resentimiento ni rebeldía en él. Puro, pensó, hasta el fondo, impecable, completo, como debe ser el cordero del sacrificio.”


La velada termina en una cafetería.

“Adam con la cara vuelta hacia la calle, pero mirando hacia abajo. Era una cara extraordinaria, tersa, hermosa y dorada bajo la luz sucia, pero ahora fija en una melancolía ciega, una expresión de ansiedad y desesperación doloridas. Durante una fracción de segundo vislumbró a Adam cuando fuera más viejo, la cara del hombre que no viviría para llegar a ser.”…

Como dijera Gustav Mahler al interpretar por primera vez el final de “El Canto de la Tierra”: después de escuchar esto, ¿no sentirán ganas de suicidarse? O de ponerse a putear.

Hagas lo que hagas, quizás podamos estar de acuerdo en que este último párrafo, y aquel primero sobre la bandera y el vendedor de bonos, están entre lo mejor que uno tiene leído, no? Para quien no ha hecho amistad con la escritura de Katherine Anne Porter, le aseguro que hay mucho más, tan sólo en ese libro de relatos. Sin hablar de su novela “La nave de los locos”… quede para otra vez.
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domingo, 10 de mayo de 2009

Las lecciones de los pájaros. Una lectura de W.H.Hudson.


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Un consagrado estereotipo pretende asociar a las y los poetas con las flores, las estrellas y los pajaritos.

Tiene su razón de ser. Se nos quiere vincular nada menos que con tres de las criaturas más fuertes del cosmos y de esta tierra: con las estrellas, que viven sólo un día hasta consumirse; con las flores, sexualidad feroz y desatada del imperio vegetal, verdadero dueño de la tierra, que ha sabido adoptar modales de quietud y disimulo; y con los pájaros, los seres del aire y de la libertad. Todo eso de que tanto carecemos y a lo que tanto nos negamos los humanos. Los pájaros, esas aves sin utilidad para la economía, que nos enseñan a negarnos a todo lo que sea más chico que el cielo y la tierra.

William Henry Hudson

Hudson supo convivir sin estridencias con la pobreza, sin perder la libertad ni dedicarse a otra cosa que lo que amaba desde muchacho: el estudio de la naturaleza. Su admirador Richard Curle nos lo describe, ya en su edad madura, pasando días en la observación de sus amadas aves, “que para él no eran especímenes, porque todo lo que se pareciera a coleccionarlas le resultaba abominable”, sino “criaturas del aire, las más perfectas y libres en la propia esencia de la creación”. Así consideradas, son la poética de lo existente.

En “Aves del Plata”, una y otra vez las observaciones de Hudson, atentas al acontecer concretísimo y menudo, tienen sin embargo un relumbrón de enseñanza secreta. Transcribiré algunas.

La reunión vespertina de las tijeretas

“Las tijeretas no son aves gregarias; sin embargo, una vez al día, justamente antes de que se ponga el sol, todas las que viven en proximidad suben a las puntas de los árboles, y se llaman unas a otras con fuertes y excitados chirridos. Luego vuelan arriba, como cohetes, hasta una gran altura en el aire; después, tras remolinear por unos pocos momentos, se precipitan abajo con la mayor violencia, abriendo y cerrando sus colas durante ese salvaje vuelo en zigzag, y profiriendo una serie de notas agudas y chirriantes. Tras esta curiosa función, se separan en parejas, y cada una de ellas se posa sobre la punta de un árbol, desde donde prorrumpen en un traqueteante son de castañuelas, tras lo cual los compañeros se separan.”

Utilidad de las telarañas

“Los materiales del nido del churrinche se juntan casi todos sobre los árboles; son líquenes, telarañas, y vilanos. Los líquenes, sujetados firmemente por las telarañas, y dispuestos para mayor suavidad con las puntas hacia fuera, dan al nido el color de la corteza sobre la que está construido. A veces el nido se acolcha con plumas, pero más generalmente con vilanos”…

Para padres, los churrinches

“En fecha tan temprana como el fin de Enero, y tan pronto como los jóvenes de la segunda camada anual son capaces de alimentarse por sí solos, los adultos desaparecen. Su partida no es gradual; se desvanecen al mismo tiempo. La partida de otras especies migratorias tiene lugar tras un cambio muy notorio de la temperatura; pero a fin de Enero el calor es implacable – aún mayor que durante Diciembre. Recién a fines de Abril, tres meses después de la desaparición de los pájaros adultos, los jóvenes llevan a cabo su partida. Este es uno de los hechos más extraños que he encontrado en las migraciones de los pájaros. El frío otoñal y el tiempo parecen ser la causa inmediata de la despedida de los pájaros jóvenes; pero en los adultos, la migración parece ser un instinto bastante independiente del cambio atmosférico.”

Calandrias, canto creativo y cautiverio

“Tan variadas son sus melodías, y con tanta frecuencia sugieren el lenguaje de otras especies, que el oyente se pregunta continuamente si la Calandria es realmente un cantor original o un avezado plagiario, capaz de robar jirones de cincuenta melodías distintas y mezclarlos de algún modo en una composición completa. Como conjunto, el canto es de un carácter marcadamente distinto del de cualesquiera otros pájaros (exceptuando por supuesto los de su género, Mimus), porque las mismas melodías nunca se repiten dos veces en el mismo orden; y aunque la Calandria tiene muchas melodías favoritas, puede variarla a cada una en un centenar de modos. A veces el canto en su conjunto parece estar hecho con imitaciones de otros cantores, con ligeras variaciones – y no sólo de cantores, porque aquí y allá se oirán claras notas de flauta, que serán sucedidas por otras tan urgentes y quejosas como los llamados hambrientos de los pichones de gorrión; y luego habrá unos bellos floreos de frases de zorzal, y luego gritos, como los de una golondrina aterrorizada corriendo por el cielo para anunciar la cercanía de un halcón; o quizás chillidos lastimeros como los de un pollo en las garras de un milano.” …

“Se cree generalmente que la Calandria no vive en cautiverio. Yo he visto, sin embargo, unos pocos ejemplares enjaulados, pero nunca cantaban.”

(Sabemos que siempre que le era posible, Hudson abría las jaulas de las aves en cautiverio).

Las golondrinas y las casitas en el campo

“Aunque como ha observado Azara, la golondrina no va mucho a las ciudades, es muy doméstica. No hay una casa en las pampas, por humilde que sea, que no tenga algunos de estos pájaros dando vueltas en torno suyo, rozando deportivamente la cumbrera, o espiando con curiosidad bajo los aleros, y pronunciando de modo incesante sus melodías gorgeantes y felices.”

Comer callado y alarmarse por si acaso. Los mistos.

“Mientras la bandada de mistos se está alimentando, se dispersa sobre una extensa área de terreno, dividida en compañías de una docena de pájaros o pocos más, y en esos momentos están tan atentos a su alimento, que una persona puede pasar caminando entre ellos sin perturbarlos. Luego alzan vuelo muy súbitamente, rompiendo en mil notas chirriantes y enojadas, se persiguen unos a otros en el aire, y tras dar vueltas en redondo sobre el campo durante algunos momentos, se posan repentinamente sobre el pasto de nuevo, y se quedan silenciosos como antes.”

Los horneros y sus construcciones

“Los Horneros comienzan a construir sus nidos en los días buenos de otoño, y el trabajo se retoma durante el invierno, cada vez que hay una ráfaga de tiempo suave y húmedo.”…”La estructura es tan fuerte, que permanece intacta durante dos o tres años.” Pero luego de la puesta, la eclosión y la cría, “las aves dejan el nido; los pájaros adultos y los jóvenes todavía viven juntos durante dos o tres meses. Se construye un nuevo nido cada año.”

El leñatero, constructor por vocación

“El nido del Añumbí es de unos dos pies de profundidad, y de diez a doce pulgadas de diámetro, y descansa en posición oblicua contra las ramas. La entrada está en la punta superior, y un pasillo retorcido o en espiral lleva a la extremidad inferior, donde está la sala de crianza; acolchada con lana y césped suave, en ella se ponen cinco huevos que varían considerablemente en su forma, siendo algunos más puntudos que otros.

Por ser el nido tan seguro, sólido y cómodo, es muy codiciado por otras especies de pájaros que quieren criar en él. Cuando se lo priva de su nido, el leñatero inmediatamente se pone a construir otro. Pero a menudo, sin haber sido ahuyentado del primero, comienza a construir uno nuevo, demoliendo con frecuencia el primero, para usar los materiales.”

El tero y su terruño

“Es regla que esta especie se aparea de por vida, y que permanece siempre en el rincón del mundo donde fue criada. Pueden perseguirlas con armas de fuego, sacarles sus huevos año tras año, hasta dar vuelta la tierra con el arado; aún así, se rehusarán a irse. Defiende su territorio manteniéndose en guerra perpetua contra la mayor parte de los seres animados, y tiene como objetos especiales de su aborrecimiento a los hombres, los perros, las Rheas, y las aves de presa en general. Su grito agudo y su temperamento belicoso han sido observados por la mayoría de los naturalistas.”

La tentación de las alturas. El chajá.

“Es un ave muy pesada, y le da trabajo levantar vuelo con sus ruidosas alas. Pero ama planear, y se levanta en una extensa espiral hasta que casi desaparece de la vista en el cenit, aún en un día luminoso. Dado su gran tamaño y su color oscuro, es dable deducir entonces que alcanza una gran altura. En los días soleados y sin viento, sobre todo en invierno y primavera, a menudo se pasan las horas en estos sublimes ejercicios aéreos, flotando lentamente giro y giro en vastos círculos, y cantando a intervalos. Cómo un ave tan pesada y con alas comparativamente cortas puede sostenerse en el aire durante períodos tan extensos en el aire menos denso al que ha arribado, todavía no se pudo explicar.”

El extraño dúo de la pareja de chajás

“Su voz es muy poderosa. … En ocasiones se entregan a una suerte de función de canto en la que participan macho y hembra juntos, lo que produce un efecto de armonía. Comienza el macho; luego la hembra hace su parte; y luego, con espíritu y fuerza maravillosas, derraman un torrente de sonidos extrañamente contrastantes; algunos que parecen trombones por su profundidad y volumen, y una especie de golpes de tambor, y otros largos, claros y tintineantes. Es el sonido animal más fuerte en las pampas, y su carácter marcial y jubiloso afecta fuertemente la mente, en medio de esa melancolía silvestre y silenciosa.”

“Cantan todo el año, a todas horas, sea en el suelo o mientras planean; cuando están en pareja cantan invariablemente juntos, y cuando están en bandadas lo hacen en concierto. A la noche se los oye alrededor de las nueve, y de nuevo antes del amanecer. Pero no es inusual escucharlos a cualquier otra hora.”



Aves solitarias que tienen que reunirse al atardecer, para un vuelo juntas y una conversación… Telarañas que hacen habitable el nido de un gran cantor… Padres que les dejan todo el espacio a sus hijos y se retiran… El mejor cantor del mundo, que se niega a cantar estando en cautiverio... La más viajera de todos, que elige estar siempre cerca de una casita en el campo… Los que gritan, por si acaso, en un momento de su comida… Los mejores constructores, que prefieren renovar sus casas perfectas cada año, o hasta más de una vez en el año… Un combatiente que no deja su lugar de origen por más que lo ataquen… Un ave supuestamente torpe que se eleva a enormes alturas para planear, por el placer de hacerlo… Una pareja que es toda una orquesta… Aves que cantan porque les gusta cantar…

Invito a cada una, a cada uno, a cada dos, a cada muchos, a encontrar su alegoría de aprendizaje en los pájaros. Seguramente hallarás una lección que te está esperando.