lunes, 31 de octubre de 2011

Dos mitos hititas. Presentación.

Estatuilla sumeria del dios Anu

Mitos hititas

Los primordiales. Kumarbi, Teshub y la lucha cosmogónica

Aquí les ofrezco la traducción de dos textos de mitología hitita: La Realeza en el Cielo, y el Canto de Ullikummi.

Las tabletas que relatan estos mitos se encontraron en Bögazh Kei, sitio de Anatolia (Turquía). Allí en su tiempo se alzaba Hattussas, capital del reino hitita que fuera destruida a fines del siglo XIII AEC.

Según la versión de Zecharia Sitchin, estos mitos eran originariamente patrimonio de los hurritas, pueblo del norte de Siria que rivalizó con los hititas, hasta que estos lo dominaron y asimilaron parcialmente.

Antes de los dioses ordenados y jerarquizados del panteón (que eran doce para los hititas, al igual que los olímpicos para los griegos), fue la era de los Primordiales, deidades turbulentas y crueles que luchaban entre sí. Su peripecia se desarrolló en un tiempo anterior al tiempo dividido y mensurable; sus dinastías se van destruyendo hasta llegar a aquel joven dios que iniciará otra etapa cosmogónica.

Entre los Primordiales se dan episodios de filicidio, castración, violación, preñez del dios, devoraciones y combates. Escenas similares se hallarán más tarde en la Teogonía de Hesíodo; y algo semejante a estas confrontaciones virulentas se percibe en otros mitos de los Primordiales, como el de Noshtex entre los tehuelches. Al final del mito, queda asentado el dominio del Dios de las Tormentas Teshub, o Taru, toro de las lluvias y el cielo, deidad semejante al Zeus griego.

El cosmos es heredero de una historia violenta; Teshub ha sido engendrado en el vientre de Kumarbi por el falo de Anu, que Kumarbi devoró. Tampoco el nuevo reinado es un dominio pacífico. Al igual que les sucederá a los Olímpicos en el mito griego, aquí el nuevo dios deberá enfrentar la rebelión de una criatura con rasgos ctónicos, Ullikummi, hijo de Kumarbi y la Madre Roca. El nuevo orden está a punto de ser derrocado; sólo mediante la recuperación de las armas antiguas y las viejas palabras, así como la alianza entre los dioses (y quizás algún héroe “nuevo”) podrá Teshub recuperar el poder que había perdido. Pero a pesar de la victoria, queda la sensación de la precariedad del orden cósmico religioso. La arcaica Lanza de Cobre es una referencia a una etapa aún anterior, aquella de la separación violenta de la tierra y el cielo; quizás un emblema de la separación, la discriminación frente al caos.

En la mitología, la cosmogonía y la poesía clásica griega se encuentran resonancias de estos mitos hititas.

Los hemos traducido de Zacharia Sitchin, humanpast.net, y emoryclassics-classresources website

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un ejercicio más de tu Poética, Ramón, que bien se manifiesta en producciones de tu propia creación (o de tu creación más autómona, debería decir, bien se manifietsa en estas, efectivamente, inquietantes y conmovedoras traducciones, que no es solo cada original el que es inquietante y conmovedor. ¡Ah, los mundos antiguos, las antiguas cosmovisiones! ¡Sólo los poetas puedn traérnoslas! Vos, no de ellos, amigo.
Un abrazo desde Múnich.
Diego Sachella

Anónimo dijo...

Gracias. Me resultó información muy valiosa.