miércoles, 11 de febrero de 2009

La poesía es panteísmo y revolución. El corrido de la muerte de Emiliano Zapata. 1



La poesía es panteísmo y revolución. El Corrido de la muerte de Emiliano Zapata.


Estos días estuve escuchando de nuevo, una y otra vez, el hermoso Corrido de la Muerte de Zapata. La canción narra cómo Emiliano, abanderado del reclamo campesino de Tierra y Libertad, fue atraído a una trampa y baleado a traición por los militares reaccionarios en 1919. La escucho en la interpretación de Amparo Ochoa; pese a lo trágico del tema, su voz transmite una alegría secreta. Será la alegría que da el poder de recordar, de reavivar la presencia de un hombre íntegro, un héroe popular. Será la alegría que da el saber la verdad, esparcirla, y mantener en alto la voz de la poesía.

En la familia de los Corridos conviven muchas formas. Esta vez se trata de una Bola Suriana. El nombre de esta forma, dice el estudioso mexicano Avitia citando a Catherine Heau, quizás provenga de “bolera”, un aire musical acaso emparentado con el bolero; este estaba en trance de parto en la cuenca del Caribe, alejándose de sus antecesores españoles. Y es “suriana” porque florece en la región centro suroeste de México, que incluye a los estados de Morelos, Michoacán, Guerrero y Oaxaca, lindante con Chiapas.La bola suriana presenta una particularidad: su primera parte rompe con el modelo del romance español. Esa parte se llama el “canto”; la forman los cuatro primeros versos de cada estrofa. Sorpresa: estos versos no son octosílabos, sino aparentemente “desparejos”. En realidad, tanto ellos como la música del “canto” recogen ritmos indígenas; en cambio la parte siguiente, el “descante”, mantiene los octosílabos propios del romance. Una hermosa mestiza.

Podemos escuchar la canción mientras leemos su letra. No fue facil conseguirla completa, hasta que dimos con el blog de Tania Fernández Valquicira. Sólo en parte ha sido escrita por su autor "oficial", Armando Liszt. Varias referencias que nos interesan son el resultado de agregados hechos por los “jilgueros” (trovadores populares) y recogidos en las hojas sueltas en que se imprimía la letra para su difusión.
Después comentaré algo más. Por ahora sólo voy a remarcar un dato que pocas veces aparece: una mujer es quien compuso la música. La parte del “canto” está escrita en bastardilla. Les pido que pongan atención en las segundas estrofas de la otra parte, el "descante" (p. ej. la que comienza con "Campanas de Villa Ayala"...)

Corrido de la Muerte de Emiliano Zapata. Letra (parte): Armando Liszt Arzubide
Música: Graciela Amador
Fragmentos
Canta Amparo Ochoa

Escuchen, señores, oigan el corrido,
de un triste acontecimiento;
pues en Chinameca fue muerto a mansalva
Zapata, el gran insurrecto.

Abril de mil novecientos
diecinueve, en la memoria
quedarás del campesino
como una mancha en la historia.

Campanas de Villa Ayala,
¿por que tocan tan doliente?
Es que ya murió Zapata
y era Zapata un valiente.

El buen Emiliano que amaba a los pobres
quiso darles libertad;
por eso los indios de todos los pueblos
con el fueron a pelear.

De Cuautla hasta Amecameca,
Matamoros y el Ajusco,
con los pelones del viejo
Don Porfirio se dio gusto.

Trinitaria de los campos
de las vegas de Morelos,
si preguntan por Zapata,
di que ya se fue a los Cielos.

Le dice Zapata a don Pancho Madero
cuando ya era gobernante:
Si no das las tierras, verás a los indios
de nuevo entrar al combate.

Se enfrentó al señor Madero
contra Huerta y a Carranza
pos no le querían cumplir
su Plan, que era el Plan de Ayala.

Corre, corre conejito,
cuéntales a tus hermanos
ya murió el señor Zapata
el coco de los tiranos.

Montado con garbo en yegua alazana
era un charro de admirar
y en el coleadero era su mangana
la de un jinete cabal.

Dice a su fiel asistente
cuando andaba por las sierras;
mientras yo viva, los indios
serán dueños de sus tierras.

Amapolita olorosa
de las lomas de Guerrero,
no volverás a ver nunca
al famoso guerrillero.

Con gran pesadumbre le dice a su vieja:
Me siento muy abatido,
pues todos descansan, yo soy peregrino,
como pájaro sin nido.

Generales van y vienen
dizque para apaciguarlo;
y no pudiendo a la buena
un plan ponen pa' engañarlo.

Canta, canta, gorrioncito,
di en tu canción melodiosa;
cayó el general Zapata
en forma muy alevosa.

Don Pablo González ordena a Guajardo
Que le finja un rendimiento,
Y al jefe Zapata disparen sus armas
Al llegar al campamento.

Guajardo dice a Zapata:
Me le rindo con mi tropa,
en Chinameca lo espero,
tomaremos una copa.

Arroyito revoltoso,
¿qué te dijo aquel clavel?
Dice que no ha muerto el jefe,
que Zapata ha de volver .

Abraza Emiliano al felón Guajardo
en prueba de su amistad,
sin pensar el pobre que aquel pretoriano
Lo iba a sacrificar.

Y tranquilo se dirige
a la hacienda con su escolta;
los traidores le disparan
por la espalda a quemarropa.

Jilguerito mañanero
de las cumbres soberano,
mira en qué forma tan triste
ultimaron a Emiliano!

Cayó del caballo el jefe Zapata
y también sus asistentes
así en Chinameca perdieron la vida
un puñado de valientes.

Señores, ya me despido,
que no tengan novedad
cual héroe murió Zapata
por la Tierra y Libertad.

A la orilla de un camino
había una blanca azucena,
a la tumba de Zapata
la llevé como una ofrenda...

Arroyito revoltoso,
¿que te dijo aquel clavel?
Dice que no ha muerto el jefe,
que Zapata ha de volver...
Les ofrezco un comentario sobre esta letra, en la segunda parte de este artículo.

1 comentario:

LunaNegra dijo...

Mi mayor pasión siempre ha sido leer y la historia es mi preferida, crecí en una época que aún había ideales sueños de revoluciones, hasta hace no mucho pensaba que en vedad Zapata iba a volver, Gracias por esta página.